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Tiburones martillo en el Mar Tropical del Perú
By New England Aquarium on Wednesday, December 11, 2019
Esta publicación es parte de una serie de proyectos apoyados por el New England Aquarium’s Marine Conservation Action Fund (MCAF). A través de MCAF, el Acuario apoya a investigadores, conservacionistas y organizaciones de base de todo el mundo mientras trabajan para abordar los problemas más desafiantes que enfrenta el océano.
En esta pieza, Mariano Cabanillas-Torpoco describe un intercambio de aprendizaje entre la organización peruana sin fines de lucro Planeta Oceano y Misión Tiburón Costa Rica. En enero, Mariano, un científico que trabaja con Planeta Oceano y su colega Claudia Ampuero, viajó a Costa Rica para aprender técnicas de marcado de tiburones de los cofundadores de Misión Tiburón, Andrés López e Ilena Zanella, con el fin de llevar ese conocimiento al tiburón martillo de Planeta Oceano. proyecto tiburon. MCAF ayudó a respaldar este intercambio de aprendizaje, así como una serie de otros esfuerzos de conservación de tiburones y rayas a lo largo de los años, liderados por Planeta Oceano y Misión Tiburón.
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Por Mariano Cabanillas-Torpoco
Antecedentes
Existe un grave problema: Las poblaciones de tiburones están siendo seriamente afectadas a nivel mundial por actividades relacionadas a la pesca (como la sobrepesca, pesca fantasma, aleteo, entre otros), y el Perú, posicionado entre los 10 principales países pesqueros del mundo, no es ajeno a este problema.
La región de Tumbes, al norte del Perú, es conocida por sus paradisíacas playas y riquísima comida marina, además alberga en sus aguas a muchas de las 68 especies de tiburones reconocidas para el Perú, entre ellas, al mítico y majestuoso Tiburón Martillo (A.K.A. “marti”), aunque esto es algo que muchos peruanos no saben. Asimismo, es posible que en el mar de Tumbes existan zonas de crianza de esta especie, pues muchos pescadores artesanales desembarcan gran cantidad de Tiburones martillo, la mayoría juveniles. Entonces, se hace preciso un estudio de su población. Queremos que proteger al tiburón martillo, y para eso, necesitamos conocerlo más.
En Planeta Océano, organización que trabaja por la conservación y restauración de ambientes marinos y costeros peruanos, tenemos un magnifico equipo de profesionales para llevar a cabo el estudio de la ecología espacial de nuestro querido Tiburón Martillo. Así, preguntas como “¿los “martis” viven siempre ahí?”, “¿solo van ahí a parir?” o “¿es tal vez un área de forrajeo?” obtendrán respuesta usando la telemetría acústica como método de investigación. Para realizar el estudio, obtuvimos etiquetas y receptores acústicos de Ocean Tracking Network y MigraMar, y siempre contamos con el apoyo de los pescadores de la región para el trabajo de campo, ellos también están interesados en la conservación marina. Para nuestra capacitación en telemetría acústica, Ilena Zanella y Andrés López de Misión Tiburón, ONG costarricense que promueve la investigación, manejo y conservación de tiburones y otras especies marinas, se ofrecieron a entrenarnos en el Santuario del Tiburón Martillo Golfo Dulce en Costa Rica. Asimismo, nuestro amigos del New England Aquarium se unieron a nosotros en esta tarea cuando nos notificaron que fuimos premiados con el Marine Conservation Action Fund (MCAF), el cual nos dio recursos para obtener más etiquetas acústicas, viajar a Costa Rica a ser capacitados in situ por Misión Tiburón y obtener el certificado PADI Open Water, así como financiar salidas al mar para seguir investigando a los tiburones martillo, apoyándonos transversalmente en todas nuestras actividades.
Manos a la obra
Claudia Ampuero (mi compañera de proyecto y gran amiga) y yo regresamos de Zorritos (Tumbes), aterrizamos en Lima y en aproximadamente 7 horas volvimos a abordar, esta vez hacia Costa Rica. Estábamos cansados, pero nuestro ánimo estaba a tope, faltaba poco para conocer a los Tiburones Martillo más de cerca. Costa Rica nos recibió con lo brazos abiertos y en Guanacaste nos reencontramos con Ilena y Andrés. Hicimos un repaso de nuestra agenda para obtener el máximo provecho de nuestra estadía allí. Así llegó la hora de dormir y reponer energías, pues al día siguiente comenzaba una semana tan intensa como gratificante.
Ilena y Andrés nos dieron primero, en gabinete, una introducción a la telemetría acústica, indicándonos como es que funciona y detallando el uso y manejos de sus componentes: aprendimos sobre el funcionamiento, ensamblaje y desensamblaje del receptor, también a usar el software que interactúa con el receptor vía bluetooth, además recibimos orientaciones sobre la instalación en el mar considerando la ubicación y sistema de anclaje del receptor; respecto a las etiquetas acústicas, aprendimos sobre su funcionamiento, activación y desactivación, así como la programación del intervalo de emisiones acústicas considerando el tipo de especie y el ambiente en el que se desarrollará el proyecto, y también aprendimos sobre una parte fundamental, la implantación de las etiquetas acústicas en los tiburones. Para esta delicada operación, nos prestaron unos moldes de Tiburón Martillo para practicar las suturas. Pasamos mucho tiempo ejercitando esta destreza para lograr ser unos aceptables cirujanos de tiburones.
Luego vinieron las tan anheladas salidas al mar. Viajamos del norte al sur del país, pasando por el litoral Pacífico de Costa Rica. Nos maravillamos con todos los hermosos paisajes y nuestros anfitriones nos iban contando sobre la flora y fauna de su país. En cada palabra que nos decían se sentía toda la pasión y amor que sienten por su patria.
Ya en el Santuario del Tiburón Martillo Golfo Dulce pusimos en practica lo aprendido en gabinete. Lo primero a tomar en cuenta, como nos indicaron Ilena y Andrés, es que el trabajo en equipo y la comunicación es fundamental, pues estamos recolectando datos de un tiburón vivo que tiene que regresar en optimas condiciones al agua. Así, comenzamos:
Una vez capturado, el tiburón es subido a bordo con una herramienta parecida a un cazamariposas con un tamaño mayor de red para reducir el estrés en la manipulación del animal. Luego, nuestro querido tiburón es sujetado firme pero cuidadosamente y oxigenado en el mar. Luego es puesto en un área acondicionada para la toma de medidas, fijación de marcas numeradas (para una posible recaptura) e implantación de la etiqueta acústica, siempre considerando el estado de actividad del tiburón, y siendo liberado si es necesario, pues el escualo debe volver en buen estado al mar. Así, Claudia y yo aprendimos tanto en gabinete y en el mar sobre telemetria de tiburones y muestreamos nuestros primeros tiburones bajo la supervisión de dos grandes investigadores, y de paso tuvimos espectaculares amaneceres y fuimos cobijados por infinitos cielos estrellados, todo esto, mientras estábamos a bordo del bote de Misión Tiburón.
Otro objetivo de nuestro viaje fue obtener el certificado PADI, necesario para obtener posteriormente el certificado de buzo científico. En Perú, los buzos artesanales de la Reserva Nacional de Paracas me enseñaron a bucear, aunque con un método muy primitivo (pues asi es como trabajan) lo hicieron con mucha paciencia y cautela. Así fue como descubrí el fascinante mundo subacuático, así fue como me enamoré de él. Ahora con el certificado PADI puedo avalar mi conocimiento como buzo en todo el mundo. Debo resalta que bucear en Costa Rica fue un privilegio, me dio la maravillosa oportunidad de conocer a los tiburones de cerca: verlos desplazarse con tanta armonía, su pasibilidad y su hospitalidad cambiaron algo en el fondo de mi, y quedé aún más enamorado del mar y sus especies. Recuerdo verlos aproximarse y sentir que era para saludar al visitante, no para intimidarlo. Al recordar esto una profunda alegría me alberga: vuelvo al agua, veo de nuevo a los tiburones y no estoy sumergido no solo en el mar, sino también en la felicidad, y la felicidad es de los sentimientos mas sublimes, mágicos y esenciales de la vida.
Este viaje me cambió. Gracias al apoyo del Marine Conservation Action Fund del New England Aquarium no solo fuimos capacitados técnica y científicamente, sino que crecimos como personas, rompimos barreras, vencimos algunos miedos, y volvimos mas apasionados por lo que amamos.
Esta vivencias y aprendizajes me hacen decir con mucha seguridad que el mar me transformó.
Hoy sé cuál es mi norte: siempre hacia el mar.